Los largos paseos por las calles de la ciudad, callejear, sumergirse entre el sonido del tráfico y las conversaciones, para acabar el día al atardecer.
Sentado en tu rincón favorito de la ciudad, con tu Toffer preferido.
Ese lugar, ese momento, donde el tráfico se convierte en un solo de guitarra y el murmullo de la gente te suena a Jazz.